Históricamente la población juvenil ha sido vista como un segmento de “rebeldes sin causa”. Problemas como la drogadicción, alcoholismo y la delincuencia organizada, han estigmatizado a las y a los jóvenes. En consecuencia, el Estado ha demeritado muchas veces las aportaciones que los jóvenes pueden hacer a la sociedad. El sector juvenil ha representado un gasto para el estado y por ello, la mayoría de los programas públicos tienen que ver con atender problemas, más que potenciar capacidades y proyectos de desarrollo emprendidos por jóvenes. No obstante, emprender esfuerzos de cooperación para el desarrollo integral de este sector, implica impulsar verdaderos procesos de organización y acompañamiento, para que accedan a los pocos recursos y programas gubernamentales y no gubernamentales destinados a la promoción de proyectos juveniles. Es necesario impulsar un programa con rigor metodológico in situ , que genere capital social según las condiciones socioeconómicas, par
Consultor en Turismo Sostenible y Desarrollo Local. Premio Nacional de la Juventud Indígena en Medio Ambiente 2008. Trabajando con la gente para un futuro sustentable con justicia, generando mejores políticas públicas.