Definitivamente, en un país de leyes y de instituciones se deben de respetar los tiempos y las formas. En estos momentos de crisis económica, incertidumbre político (no en todas partes del Estado) y degradación ambiental, tal parece que, encontrar señales de certidumbre y confianza hacia 2010 representa un trabajo que habrá de redoblarse.
A medida que se acerca la fecha para el proceso electoral de año entrante, diversos personajes de la vida política local buscan espacios para salir en la “foto” tanto en las giras de los diputados federales como, durante los recorridos de trabajo del propio gobernador.
La reciente gira del Ulises Ruiz Ortiz a la costa, entre un grupo considerable que esperaba escuchar su mensaje y desde luego, también esperaban ver al gobernador, surgieron otros más que en la antesala del evento lo esperaban con fuertes críticas. Motivados –podemos suponer-, a partir del descontento y rechazo hacia el edil de Tonameca, como resultado el gobernador no pudo saludar a los costeños de manera personal. Aquí, un primer momento para hacer una lectura parcial entre la interrelación de momento-forma.
Las críticas, siempre deben ser positivas. El descontento siempre debe manifestarse, pero siempre debe hacerse en un momento y a través de un medio respetuoso. La negativa de diálogo del grupo inconforme, fue una señal clara de incapacidad, después de concretar la oportunidad para plantear su inconformidad, desecharon su “cartucho”. Pero también evidenció la incapacidad de quienes en su momento no garantizaron un clima de paz.
En el caso de su queja, quizás fue en el momento adecuado, sobre todo porque las autoridades locales han sido rebasadas por las problemáticas. Sin embargo, la forma no fue la mejor elección. Una y otra vez, ninguno de los presentes pudo mediar en el conflicto, los inconformes perdieron su oportunidad de entablar una mesa de diálogo, prefirieron la vía de la confrontación y de paso, olvidaron que la inteligencia es el mejor medio.
Las lecturas de la visita pueden ser varias. Quienes estuvieron en el acto frustrado, constataron y reafirmaron la tesis sobre la que se plantea una sucesión incierta en Tonameca. Por eso, quienes aspiran a un cargo de elección popular, no sólo deberán esperar los tiempos, sino, tienen que tener presente que las formas de hacer valer su derecho de ser “el elegido” cuelga de un péndulo.
A los aspirantes, su trabajo, simpatía y aceptación, nada más que eso, debería otorgarles el derecho a ser considerados. Quien no pueda garantizar en lo más mínimo y elemental, una gira de trabajo llámese, diputado, senador, secretario, pero sobre todo del gobernador, no debería ser un actor de sumatoria.
Para hablar de nombres y apellidos en la contienda electoral, aún los momentos no son los oportunos pero, la imprudencia de unos cuantos ha obligado a comentarios como éste. Habrá que esperar los momentos y las formas oficiales. Mientras tanto, debemos observar las acciones de gobierno en cada rincón del estado para no tener lecturas premeditadas. Sin embargo, de las señales y las lecturas previas a 2010, la que sucedió en Tonameca además de desagradable y amarga, se da en un buen momento y forma para el análisis y la reflexión.
Crucial, así deberíamos llamar a estos momentos. En este contexto, son la reflexión, la prudencia y, las mejores mujeres y hombres, quienes pueden superar los retos que vienen.
A medida que se acerca la fecha para el proceso electoral de año entrante, diversos personajes de la vida política local buscan espacios para salir en la “foto” tanto en las giras de los diputados federales como, durante los recorridos de trabajo del propio gobernador.
La reciente gira del Ulises Ruiz Ortiz a la costa, entre un grupo considerable que esperaba escuchar su mensaje y desde luego, también esperaban ver al gobernador, surgieron otros más que en la antesala del evento lo esperaban con fuertes críticas. Motivados –podemos suponer-, a partir del descontento y rechazo hacia el edil de Tonameca, como resultado el gobernador no pudo saludar a los costeños de manera personal. Aquí, un primer momento para hacer una lectura parcial entre la interrelación de momento-forma.
Las críticas, siempre deben ser positivas. El descontento siempre debe manifestarse, pero siempre debe hacerse en un momento y a través de un medio respetuoso. La negativa de diálogo del grupo inconforme, fue una señal clara de incapacidad, después de concretar la oportunidad para plantear su inconformidad, desecharon su “cartucho”. Pero también evidenció la incapacidad de quienes en su momento no garantizaron un clima de paz.
En el caso de su queja, quizás fue en el momento adecuado, sobre todo porque las autoridades locales han sido rebasadas por las problemáticas. Sin embargo, la forma no fue la mejor elección. Una y otra vez, ninguno de los presentes pudo mediar en el conflicto, los inconformes perdieron su oportunidad de entablar una mesa de diálogo, prefirieron la vía de la confrontación y de paso, olvidaron que la inteligencia es el mejor medio.
Las lecturas de la visita pueden ser varias. Quienes estuvieron en el acto frustrado, constataron y reafirmaron la tesis sobre la que se plantea una sucesión incierta en Tonameca. Por eso, quienes aspiran a un cargo de elección popular, no sólo deberán esperar los tiempos, sino, tienen que tener presente que las formas de hacer valer su derecho de ser “el elegido” cuelga de un péndulo.
A los aspirantes, su trabajo, simpatía y aceptación, nada más que eso, debería otorgarles el derecho a ser considerados. Quien no pueda garantizar en lo más mínimo y elemental, una gira de trabajo llámese, diputado, senador, secretario, pero sobre todo del gobernador, no debería ser un actor de sumatoria.
Para hablar de nombres y apellidos en la contienda electoral, aún los momentos no son los oportunos pero, la imprudencia de unos cuantos ha obligado a comentarios como éste. Habrá que esperar los momentos y las formas oficiales. Mientras tanto, debemos observar las acciones de gobierno en cada rincón del estado para no tener lecturas premeditadas. Sin embargo, de las señales y las lecturas previas a 2010, la que sucedió en Tonameca además de desagradable y amarga, se da en un buen momento y forma para el análisis y la reflexión.
Crucial, así deberíamos llamar a estos momentos. En este contexto, son la reflexión, la prudencia y, las mejores mujeres y hombres, quienes pueden superar los retos que vienen.
creo que cada dia hay mas conciencia de estos asuntos en muchas partes del Estado de Oaxaca
ResponderEliminaren la calle ya se escuchan dialogos sobre politica por parte de sus habitantes transformandose en ciudadanos participativos, esperemos y ofrescamos un mejor panorama para los creyentes y los que sostienen esta maquinaria, el cambio es inevitable y es una constante, el pendulo podria cambiar de una mano a otra , delegando responsabilidades en personas con visión y congruencia, porque segun mi entender no debemos revolcar a la burra para que aparentemente sea diferente, no busquemos en el sistema las herramientas para su transformación porque olvidarón el icono de unisntall, es picar piedra y construir sustentabilidad a base de crecimiento colectivo para pasar de la fila de espectadores a la sala de actores, con mecanismos que nos permitan regresar a la confianza en los de arriba y en los de abajo,
el cambio del sistema actual o la ruptura en la armonia de los ecosistemas, lo que sucesa primero.