La idea de que en México un pacto entre la derecha y la izquierda era imposible, se ha disuelto. Así lo demuestran los partidos más sobresalientes como el PRD y el PAN al aliarse para enfrentar el proceso electoral de 2010 en que se elegirán gobernadores de varios estados, entre ellos Oaxaca.
La nueva versión del “abrazo de Acatempan” se ha repetido en varias ocasiones en que los líderes nacionales del PRD y del PAN, han refrendado su apoyo a los diferentes candidatos de “unidad” en los estados. En el caso de Oaxaca, las muestras de afecto han rebasado a los líderes nacionales de los partidos, cuando se desborda la pasión al respaldar al candidato Gabino Cué.
Donde las cosas no están tan claras es con los líderes “morales” de la izquierda; Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador se han pronunciado en contra de aliarse con el PAN.
Aún cuando en su congreso de refundación el PRD acordó ir en alianza con otros partidos, su alianza con el pan fue non grata para AMLO. No es para menos, si recordamos que el PAN planeó el juicio de desafuero en contra de López Obrador en 2005 con la intensión de descalificarlo a tiempo para la contienda de 2006; así mismo toda la intensa redada realizada por los panistas en todo el país para alertar sobre el falso mesías y populacho.
En fechas recientes, el delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PAN en Oaxaca, Javier Corral Jurado, llamó al ex candidato presidencial perredista y a sus simpatizantes a no hacerle el caldo gordo a Ulises Ruiz, es decir, avalar la alianza con el PAN para garantizar el triunfo y evitar así la continuidad, de lo que llamaron la camarilla autoritaria.
A cambio, el PAN y su comisionado en Oaxaca han ofrecido elogios al ex candidato presidencial. Durante una conferencia ofrecida en la sede el PAN estatal, al referirse a AMLO dijo “el líder más importante de la izquierda mexicana”, ya no el falso mesías, mucho menos populacho.
Los aplausos para AMLO se deben a la intensión de que a toda costa hay que evitar el avance del PRI hacia Los Pinos en 2012. Habrá que esperar si como líder moral de la izquierda, acepta apoyar a sus históricos enemigos. Si así es, ¿dónde estará la izquierda entonces?, ¿Cuál oposición?, ¿Será entonces la democracia una cosa desligada a los principios institucionales?, ¿en el amor y en la política todo se vale?
La nueva versión del “abrazo de Acatempan” se ha repetido en varias ocasiones en que los líderes nacionales del PRD y del PAN, han refrendado su apoyo a los diferentes candidatos de “unidad” en los estados. En el caso de Oaxaca, las muestras de afecto han rebasado a los líderes nacionales de los partidos, cuando se desborda la pasión al respaldar al candidato Gabino Cué.
Donde las cosas no están tan claras es con los líderes “morales” de la izquierda; Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador se han pronunciado en contra de aliarse con el PAN.
Aún cuando en su congreso de refundación el PRD acordó ir en alianza con otros partidos, su alianza con el pan fue non grata para AMLO. No es para menos, si recordamos que el PAN planeó el juicio de desafuero en contra de López Obrador en 2005 con la intensión de descalificarlo a tiempo para la contienda de 2006; así mismo toda la intensa redada realizada por los panistas en todo el país para alertar sobre el falso mesías y populacho.
En fechas recientes, el delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PAN en Oaxaca, Javier Corral Jurado, llamó al ex candidato presidencial perredista y a sus simpatizantes a no hacerle el caldo gordo a Ulises Ruiz, es decir, avalar la alianza con el PAN para garantizar el triunfo y evitar así la continuidad, de lo que llamaron la camarilla autoritaria.
A cambio, el PAN y su comisionado en Oaxaca han ofrecido elogios al ex candidato presidencial. Durante una conferencia ofrecida en la sede el PAN estatal, al referirse a AMLO dijo “el líder más importante de la izquierda mexicana”, ya no el falso mesías, mucho menos populacho.
Los aplausos para AMLO se deben a la intensión de que a toda costa hay que evitar el avance del PRI hacia Los Pinos en 2012. Habrá que esperar si como líder moral de la izquierda, acepta apoyar a sus históricos enemigos. Si así es, ¿dónde estará la izquierda entonces?, ¿Cuál oposición?, ¿Será entonces la democracia una cosa desligada a los principios institucionales?, ¿en el amor y en la política todo se vale?
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