Durante cuatro largos años, las mexicanas y los mexicanos hemos sido testigos de una guerra sin cuartel desatada entre el crimen organizado y el gobierno federal, la ola de violencia en diferentes estados, las muertas y los muertos de “la guerra anti narco” y, la ausencia de resultados han generado diversos cuestionamientos a la estrategia emprendida por el ejecutivo federal.
El clima de inseguridad que se vive en México, ha creado incertidumbre en las inversiones tanto del capital interno como del exterior, cada vez son más los inversionistas mexicanos y extranjeros que se alejan del país, los rescates de empresas y subsidios no han sido suficientes para evitar el aumento de desempleados, para muestra, ahí están los casi 8 mil desempleados que viven una incertidumbre con Mexicana de Aviación y el desempleo en Michoacán, Acapulco (Guerrero) y, otras regiones del país producto de la inseguridad en aumento por la disputa de plazas por grupos de delincuencia organizada. Aunque el secretario del trabajo mencione que en 2010 se generaron casi 730 mil empleos, los desempleados acumulados, subempleados y los casi 1millón de mexicanos que se suman a la Población Económicamente Activa cada año, siguen siendo una mala noticia para el gobierno.
Justo en los últimos meses del 2010 y principios del 2011, cuando el clima de inseguridad es ya intolerante, cuando en el país pareciera haberse perdido el rumbo y los parámetros e indicadores de la economía no son nada alentadores y justo cuando es obligatorio reencauzar la política económica más que otro imperativo nacional, surge dentro de esa nueva agenda pública un tema que cada vez más impone; la agenda electoral que sentará las bases del proceso electoral en 2012.
El primer eslabón del 2012 se concentra en la elección que se vivirá en el Estado de México este año, proceso que ya se organiza oficialmente desde hace unos días, el mismo que mantiene ya ocupados a casi todos los actores y partidos políticos con sus cambios de dirigencias nacionales y el destape de los primeros aspirantes. Así, se vislumbra una agenda muy cargada en la vida política que sin duda aislará a temas como la inseguridad, la economía, la relaciones diplomáticas que se agravan con países de Centroamérica y desde luego, los compromisos a corto plazo acordados en materia ambiental en la COP 16.
Todo apunta que regresarle al país la tranquilidad y restablecer el estado de derecho tendrá que esperar, que el presidente del empleo pasará los últimos años en preparar su sucesión en vez de cumplir con sus compromisos de campaña. Que los Acuerdos de Cancún obtenidos durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático COP 16, también tendrán que esperar otras coyunturas para su empuje.
Más allá de emprender una embestida contra el partido oficial en el país y, sin con esto defender a un partido u interferir en el electorado, todo indica que los intereses políticos y de grupo se canalizarán hacia un solo sentido, bajando como prioridades secundarias otros temas importantes y de interés nacional.
El clima de inseguridad que se vive en México, ha creado incertidumbre en las inversiones tanto del capital interno como del exterior, cada vez son más los inversionistas mexicanos y extranjeros que se alejan del país, los rescates de empresas y subsidios no han sido suficientes para evitar el aumento de desempleados, para muestra, ahí están los casi 8 mil desempleados que viven una incertidumbre con Mexicana de Aviación y el desempleo en Michoacán, Acapulco (Guerrero) y, otras regiones del país producto de la inseguridad en aumento por la disputa de plazas por grupos de delincuencia organizada. Aunque el secretario del trabajo mencione que en 2010 se generaron casi 730 mil empleos, los desempleados acumulados, subempleados y los casi 1millón de mexicanos que se suman a la Población Económicamente Activa cada año, siguen siendo una mala noticia para el gobierno.
Justo en los últimos meses del 2010 y principios del 2011, cuando el clima de inseguridad es ya intolerante, cuando en el país pareciera haberse perdido el rumbo y los parámetros e indicadores de la economía no son nada alentadores y justo cuando es obligatorio reencauzar la política económica más que otro imperativo nacional, surge dentro de esa nueva agenda pública un tema que cada vez más impone; la agenda electoral que sentará las bases del proceso electoral en 2012.
El primer eslabón del 2012 se concentra en la elección que se vivirá en el Estado de México este año, proceso que ya se organiza oficialmente desde hace unos días, el mismo que mantiene ya ocupados a casi todos los actores y partidos políticos con sus cambios de dirigencias nacionales y el destape de los primeros aspirantes. Así, se vislumbra una agenda muy cargada en la vida política que sin duda aislará a temas como la inseguridad, la economía, la relaciones diplomáticas que se agravan con países de Centroamérica y desde luego, los compromisos a corto plazo acordados en materia ambiental en la COP 16.
Todo apunta que regresarle al país la tranquilidad y restablecer el estado de derecho tendrá que esperar, que el presidente del empleo pasará los últimos años en preparar su sucesión en vez de cumplir con sus compromisos de campaña. Que los Acuerdos de Cancún obtenidos durante la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático COP 16, también tendrán que esperar otras coyunturas para su empuje.
Más allá de emprender una embestida contra el partido oficial en el país y, sin con esto defender a un partido u interferir en el electorado, todo indica que los intereses políticos y de grupo se canalizarán hacia un solo sentido, bajando como prioridades secundarias otros temas importantes y de interés nacional.
Comentarios
Publicar un comentario