Exponer en textos breves la
importancia que tiene la ratificación de México sobre los Acuerdos de París y
su relación con el “milagro oaxaqueño”, no es una casualidad, sino, una
causalidad trascendental por esta coyuntura que llamamos inicio de Sexenio.
Oaxaca
–ya con datos duros- es el estado con mayor biodiversidad del país y, también
con datos duros, sigue siendo, junto con Guerrero y Chiapas, parte del trinomio
de marginación y pobreza. La paradoja en Oaxaca sigue siendo la enorme brecha
entre pobreza económica y, su riqueza biocultural.
Pero pensar en el desarrollo y la
sustentabilidad en Oaxaca, implica seguir a pie de la letra, lo que México ha
comprometido en la ratificación de los Acuerdos de París, repasemos rápidamente
estos compromisos; 1) alcanzar una tasa cero de deforestación, 2) mejorar la
capacidad adaptativa de los 160 municipios más vulnerables, 3) proteger a la
población de los fenómenos hidrometeorológicos extremos, 4) aumentar la
resiliencia de la infraestructura estratégica del país y de los ecosistemas y, 5)
desacoplar el crecimiento económico de la emisión de contaminantes de efecto
invernadero.
Para
lograrlo, nuestro país ha fijado su posicionamiento en la Conferencia de las
Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(COP 22), esto en Marrakech, Marruecos. ¿En qué
sentido? En que hay toda la disposición en coadyuvar en la
definición de los criterios para fortalecer el esquema de transparencia,
establecer varios mecanismos, entre ellos de mitigación, de adaptación y la
evaluación periódica para su cumplimiento.
Como ejemplo, para
alcanzar la tasa cero en deforestación en Oaxaca, no es necesario dejar de
aprovechar los bosques, por el contrario, se requiere fortalecer una Estrategia Estatal
para evitar la Degradación y Deforestación de Bosques y Selvas, a través de
mecanismos de aprovechamiento Sustentable, que además de cortar madera, existen
otros como el ecoturismo, el pago por servicios ambientales, los mercados por
captura de carbono, los corredores biológicos mediante las Áreas Destinadas
Voluntariamente a la Conservación (ADVC). Por estos conceptos, existe una gran
oportunidad de financiamiento a través de mecanismos de cooperación
internacional, ya que no solo incrementa su valor medioambiental, sino,
también, su valor económico y social.
Dicho lo anterior, para ampliar la cobertura nacional bajo
algún estatus de protección, fue necesario en 2008, una Reforma a la Ley
General de Equilibrio Ecológico y de Protección al Ambiente, que en su artículo
55 Bis, eleva a las ADVC, en el mismo grado de importancia que cualquier ANP.
En Oaxaca existen algunas ADVC´s, incrementar la superficie en este caso, implica
un esfuerzo de diálogo y consenso con estos actores, que en su mayoría ya están
agrupados por Unidades de Manejo Forestal y Comités Regionales de Recursos
Naturales.
Por otra parte, mejorar la capacidad adaptativa de regiones
y municipios vulnerables ante distintos fenómenos, así como aumentar la
resiliencia de la infraestructura estratégica y de los ecosistemas, requiere
desde acciones como la elaboración de Atlas de Riesgos y Ordenamientos
Ecológicos en todos los municipios, hasta acciones de regeneración de los
ecosistemas, por ejemplo, los manglares en los humedales costeros. Para ello,
existen ya instrumentos en lo general, como el Programa de ordenamiento
Ecológico Regional del Territorio, la Estrategia para la Conservación y Uso
Sustentable de la Biodiversidad (borrador final), y el Programa Estatal de
Cambio Climático, etc.
Para Oaxaca, el
desarrollo sustentable y la racionalidad económica, deben ser fundamentos
importantes para lograr el milagro oaxaqueño, los efectos del Cambio Climático
está derivando en una voluntad mundial frente a un ambientalismo que ya no es
emergente, sino, una necesidad apremiante. Requiere entonces, actuar con alto
sentido de ética ambiental, donde los cambios sustanciales no dependan en ninguna
medida, de la reflexión teórica que frecuentemente
se usa en el discurso ecológico, principalmente en coyunturas como esta.
Instrumentar el milagro oaxaqueño,
tendrá que requerir variables medibles. En otras palabras, debe ser un gobierno
que contraste en la política ambiental en relación al inmediato anterior, de
otra manera, será imposible que la ciudadanía perciba el cambio.
En este embrollo, existen voces
autorizadas en los diversos temas que converge el sector ambiental, con ellos y
con base en los instrumentos de política y gestión medioambiental, hay que
construir la agenda que en la otra entrega podemos bosquejar.
Comentarios
Publicar un comentario