Es tema de pláticas informales y sobre todo se ha incluido en los discursos políticos. Hoy como nunca, es preocupación –al menos de la UNAM- sobre todo porque el clima de inseguridad que azota a México los ha convertido en presas fáciles del crimen organizado. Un claro ejemplo es el ya famoso “Ponchis”, un joven que aún no alcanza la mayoría de edad pero es un referente del poder que ostenta la delincuencia organizada.
Hoy como nunca antes -dicen los políticos- las y los jóvenes enfrentaremos un encuentro clave para la democracia mexicana. El PRI sobre todo, argumenta que quienes en 2012 alcanzarán la mayoría de edad tienen en este partido político la alternativa para devolverle el rumbo a la nación y, es que el PAN en 12 años -según el PRI- no sólo ha equivocado el camino, si no, ha caído en los viejos esquemas clientelares superando al que hasta en el 2000 fue el partido hegemónico. Sobre los partidos llamados de “izquierda” vale la pena decir que, sólo observamos grupos antagónicos disputándose el poder, pero el poder de decidir sobre el candidato a la presidencia, mas no, abanderar las causas que en algún momento les dieron gloria.
Frente a este contexto político y sobre todo, a unos meses de la cita para llegar a las urnas en 2012, las y los jóvenes seguramente habremos de tomar conciencia en relación a tan importante suceso para hacer llegar nuestras propuestas. Y es que en más de una ocasión, durante encuentros y foros de sustentabilidad, derechos humanos, desarrollo local y promoción social, las compañeras y compañeros de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), muchos de ellas y ellos jóvenes, hemos coincidido en que la nueva generación de jóvenes debemos dejar de “protestar” por el simple hecho de externar nuestra oposición al sistema. Hoy más que nunca, la “protesta debe acompañarse de una extraordinaria capacidad de propuesta”.
Frente a esta nueva tesis de participación social, cabe aclarar que cuando señalo como “extraordinaria” la capacidad de propuesta, precisamente hablo del respeto, la solidaridad, respeto a las leyes, a las instituciones y desde luego a los actores políticos, por más mediocres y cínicos que los consideremos. Marta Lamas en su columna “silencio vs relajo” (Noticias, agosto 21/2011), me recordó aquellas críticas que hemos vertido más de uno desde la sociedad civil, el rechazo a las viejas maneras de hacer crítica social, como la agresión, la intolerancia y la falta de respeto y de civilidad.
No es ajeno a quien escribe este texto, el desacuerdo de Marta Lamas hacia un grupo de jóvenes que durante la marcha del 14 de Agosto convocado por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), gritaron “Muera Calderón”. Si bien es cierto, un buen número de mexicanos coincidimos en que la lucha fallida contra el narcotráfico emprendida por el presidente afecta enormemente a la sociedad civil; porque han muerto civiles, el capital de inversión extranjero y nacional se han fugado y más, no me parece una manera correcta de proponer soluciones.
La solución de los problemas requiere respeto, tolerancia a las visiones e idiosincrasias y un amplio diálogo. No por nada, frente a las críticas que ha recibido por su entreguismo y mucha consideración hacia los poderes tanto ejecutivo y legislativo, Javier Sicilia ha sabido ser tolerante y ha podido en tan poco tiempo, adquirir una enorme calidad moral.
Con su movimiento, Sicilia nos demuestra que al no caer en la descalificación esta logrando aglutinar de manera sensata una crítica que ha venido resintiendo la sociedad pero, que muchos han legitimado con su silencio, con su ausencia de capacidad de dialogar y sobre todo con una marcada descalificación hacia la clase política.
Las y los jóvenes, frente a este ejemplo tenemos que dimensionar nuestra responsabilidad como la generación de los cambios, uno de ellos dejar de protestar por inercia y pasar de las descalificaciones, de los señalamientos y de las desilusiones, a las propuestas claras y en un marco de respeto.
Hoy como nunca antes -dicen los políticos- las y los jóvenes enfrentaremos un encuentro clave para la democracia mexicana. El PRI sobre todo, argumenta que quienes en 2012 alcanzarán la mayoría de edad tienen en este partido político la alternativa para devolverle el rumbo a la nación y, es que el PAN en 12 años -según el PRI- no sólo ha equivocado el camino, si no, ha caído en los viejos esquemas clientelares superando al que hasta en el 2000 fue el partido hegemónico. Sobre los partidos llamados de “izquierda” vale la pena decir que, sólo observamos grupos antagónicos disputándose el poder, pero el poder de decidir sobre el candidato a la presidencia, mas no, abanderar las causas que en algún momento les dieron gloria.
Frente a este contexto político y sobre todo, a unos meses de la cita para llegar a las urnas en 2012, las y los jóvenes seguramente habremos de tomar conciencia en relación a tan importante suceso para hacer llegar nuestras propuestas. Y es que en más de una ocasión, durante encuentros y foros de sustentabilidad, derechos humanos, desarrollo local y promoción social, las compañeras y compañeros de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), muchos de ellas y ellos jóvenes, hemos coincidido en que la nueva generación de jóvenes debemos dejar de “protestar” por el simple hecho de externar nuestra oposición al sistema. Hoy más que nunca, la “protesta debe acompañarse de una extraordinaria capacidad de propuesta”.
Frente a esta nueva tesis de participación social, cabe aclarar que cuando señalo como “extraordinaria” la capacidad de propuesta, precisamente hablo del respeto, la solidaridad, respeto a las leyes, a las instituciones y desde luego a los actores políticos, por más mediocres y cínicos que los consideremos. Marta Lamas en su columna “silencio vs relajo” (Noticias, agosto 21/2011), me recordó aquellas críticas que hemos vertido más de uno desde la sociedad civil, el rechazo a las viejas maneras de hacer crítica social, como la agresión, la intolerancia y la falta de respeto y de civilidad.
No es ajeno a quien escribe este texto, el desacuerdo de Marta Lamas hacia un grupo de jóvenes que durante la marcha del 14 de Agosto convocado por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), gritaron “Muera Calderón”. Si bien es cierto, un buen número de mexicanos coincidimos en que la lucha fallida contra el narcotráfico emprendida por el presidente afecta enormemente a la sociedad civil; porque han muerto civiles, el capital de inversión extranjero y nacional se han fugado y más, no me parece una manera correcta de proponer soluciones.
La solución de los problemas requiere respeto, tolerancia a las visiones e idiosincrasias y un amplio diálogo. No por nada, frente a las críticas que ha recibido por su entreguismo y mucha consideración hacia los poderes tanto ejecutivo y legislativo, Javier Sicilia ha sabido ser tolerante y ha podido en tan poco tiempo, adquirir una enorme calidad moral.
Con su movimiento, Sicilia nos demuestra que al no caer en la descalificación esta logrando aglutinar de manera sensata una crítica que ha venido resintiendo la sociedad pero, que muchos han legitimado con su silencio, con su ausencia de capacidad de dialogar y sobre todo con una marcada descalificación hacia la clase política.
Las y los jóvenes, frente a este ejemplo tenemos que dimensionar nuestra responsabilidad como la generación de los cambios, uno de ellos dejar de protestar por inercia y pasar de las descalificaciones, de los señalamientos y de las desilusiones, a las propuestas claras y en un marco de respeto.
entonces te parece que no hay propuestas en los que no estamos de acuerdo en la reparticion de besos?..podras ser cristiano pero si encabezas una movilizacion diversificada, la vision y la propuesta ya no es tuya...es de muchs...no voy a prfundizar, eres carne de cañon gratuita para el sistema...ellos y ellas no tienen corazon...hablaras de la izquierda pragmatica, buscando el poder por el poder...nosotros buscamos el cambio...un mundo donde quepamos todos y todas...difeicil de entender para la clase privilegiada y gusanos que le acompañan...seguimos luchando...
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